«¡Este año me apunto al gimnasio!»

Famosa frase popular…

En España, existe la tradición de comer doce uvas en Nochevieja, a las 12 de la noche del día 31 de diciembre. El origen proviene de no hace tanto como se puede uno imaginar: data de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Esta costumbre navideña en nuestro país tiene un origen bastante curioso, que os vamos a contar.

12 Uvas Nochevieja Blog Zalba-Caldú Seguros Zaragoza

«¿Cómo que sobran uvas? ¡Pues repártelas!»

Beber champán, comer uvas, celebrar el nuevo año con los tuyos… estas costumbres del último día del año ya existían en Madrid, allá por 1896 (sí,sí, existe documentación que lo corrobora). Era algo reservado para las clases más pudientes, los más ricos para los de la RAE, que trataban de imitar a la burguesía francesa. Exacto, como todos estáis pensando, era una costumbre elitista de la que no participaban las clases populares que, aunque tuvieran conocimiento de la práctica, no podían por carecer de los recursos necesarios.

Llegó el año 1902 y la costumbre se había extendido a otras áreas de España, pero seguía siendo una costumbre reservada a las clases sociales más altas. Fue en 1909 cuando, al producirse un excedente de producción de uva blanca, los viticultores, los que hacen uvas para los de la RAE, iniciaron una campaña para fomentar la costumbre a todas las clases sociales. Por lo visto, disponían de un buen departamento de Marketing, porque les salió bien la jugada.

Según dictamina la tradición, en la mesa se colocan doce uvas delante de cada uno de los comensales porque simbolizan los doce meses del año y deben comerse con cada una de las doce campanadas del reloj, para bendecir cada mes.

«La última y me voy a casa…»

Existe otra versión de la tradición. Esta variante defiende que en 1882 el alcalde de Madrid, un señor llamado José Abascal y Carredano, decidió imponer una tasa de un duro (5 pesetas para los más jovenzanos) a todos aquellos que quisieran salir a darlo todo en la noche de Reyes Magos. Si no pagabas ese impuesto para el 5 de enero, te olvidabas de pasar una noche de fiesta, borrachera y una variante de Project X al estilo clásico.

Es por ello que, privados los más humildes de esta noche de desenfreno, se animaron a celebrar la Nochevieja en la Puerta del Sol. Comían uvas con las campanadas que resonaban esa noche tan especial, no se sabe si como protesta o como mofa hacia esa tradición tan burguesa.

Este comportamiento se popularizó y fue extendiéndose como la pólvora, hasta el punto de que en 1897 los comerciantes de la ciudad ya publicitaban las uvas de la suerte. En unos pocos años, la costumbre era conocida incluso en sitios tan lejanos como Tenerife.

Y tú, ¿eres de la tradición de comer 12 uvas en Nochevieja? ¿o eres más de comer 12 lacasitos? O los más valientes… ¿¡12 chupitos!?