Preparamos con mucha ilusión ese viaje que llevamos deseando realizar desde hace tiempo. Por fin hemos ahorrado lo suficiente para podernos permitir viajar a ese destino que llevábamos tanto tiempo soñando, y justo antes, la imprevisibilidad de la vida nos pasa una mala jugada. Una enfermedad, una gestión inaplazable, el
fallecimiento de un familiar… nunca deseamos que estas circunstancias sucedan, pero no podemos elegir cuándo, ni dónde tendrán lugar.
Puede ser que incluso nunca nos lo hayamos planteado, pero contratar un seguro de cancelación de viajes puede ser muy apropiado.
Al contratar un viaje con la mayor antelación posible para que los vuelos nos salgan más económicos y podamos disfrutar de algún descuento en determinados hoteles, estamos confiando en que en esas fechas no ocurrirá nada que pueda obstaculizar nuestras vacaciones…
Los seguros, desde su origen, tienen su razón de ser en la anticipación para protegernos de sucesos fortuitos no deseados. Si somos previsores a la hora de contratar el viaje para que nos salga más económico, también deberíamos de serlo para analizar qué es lo que sucedería si ante un determinado imprevisto no podemos realizar ese viaje o tuviéramos que regresar anticipadamente.
Pero exactamente, ¿cuál es la utilidad de contratar este tipo de seguros? ¿son necesarios por previsores que seamos?
Por supuesto que sí. Este tipo de seguros, además de ofrecernos la confianza de que por causas de fuerza mayor (enfermedad, accidente o fallecimiento del asegurado o de un familiar directo) vamos a obtener el reembolso del importe abonado, también se nos reembolsará el importe en base a unos sucesos concretos que no son considerados de fuerza mayor (modificación en las fechas de vacaciones por circunstancias laborales, por problemas laborales…).
Pero además, este tipo de seguros, basa también su importancia en una serie de coberturas adicionales que nos va a ofrecer una tranquilidad añadida, también, una vez que ya hayamos comenzado el viaje. Aminorará los efectos de los contratiempos que nos pueden suceder sobre todo si viajamos al extranjero. Sin pensar en casos extremos que por supuesto pueden ocurrir y que nos obliguen a adelantar nuestro regreso; la simple pérdida de nuestro pasaporte o de nuestras maletas pueden suponer un problema muy serio. Del mismo modo, un esguince en el tobillo ocurrido por ejemplo en Estados Unidos, puede suponer un desembolso desorbitado para nuestra economía sabiendo que allí la sanidad es casi prohibitiva.
Tener la tranquilidad de que vamos a disfrutar de nuestras vacaciones y que vamos a tener asistencia a nuestra disposición ante casi cualquier imprevisto no tiene precio. A colación del famoso eslogan, algunas tarjetas de crédito, cuando abonamos un viaje con ellas, nos ofrecen coberturas que sería interesante comprobar antes de suscribir una póliza de cancelación de viaje para evitar duplicidades. En caso de hacer uso de dicha cobertura, no cobraríamos dos veces…
Nuestro consejo es que si vas a realizar un viaje que supone un desembolso importante y lo has contratado con mucho tiempo de antelación, lo vas a disfrutar el doble si tienes la seguridad, de que aún sucediendo circunstancias que pueden dar al traste con tantas ilusiones, al menos no te repercutirán en el aspecto económico.
Llámanos y te asesoraremos de las coberturas que necesitas para que puedas realizar tu viaje sin preocuparte de nada más, con el seguro más flexible y económico.
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